sábado, 27 de febrero de 2010

A UNA PRIMA CERCANA Y DESCONOCIDA

Acaba de morir una prima mía,poco conocida por mí, pero que fue joven y guapa.
Ahora el recuerdo la hace más joven, más guapa, más conocida, y aún eterna.




Hubo un Dios que te dió la belleza,
y hubo una vida que te enseño su dureza.
Hubo una niñez de promesas y juegos,
y una pubertad con sus dudas y ruegos.

Hubieron días de campo y cielo en tu nombre
y hubo dureza más propia para hombres.
Hubo miedo y valientes acciones,
bailes inocentes en serios salones.

Tuvo la naturaleza en ti sus dias de gloria,
y tuvo el sinsentido en ti giros de noria.
La noria te dío agua en forma de amores,
y te ahogó otras veces con negros rubores.

Que Dios te premie por tu valentía escondida,
que sea tu agua guarida nueva de radiante vida;
agua bendita perdonante, tu nueva casa infinita,
vapor piadoso ya sin culpa, tu sonrisa ya no marchita.


Eras un agua de rocío brillante,
eras el agua del dios más amante.

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