sábado, 28 de febrero de 2009

SuBIR Y BAJAR

Para los que hayan estado en un hoyo, en un pozo, en una sima abisal del anima, este poema de J.C.Diaz puede ser un sabio resumen de lo que es a veces la vida. Recuerdo el cuento de ayer en que el lobo, -siempre el lobo es el tonto en todas las mitologías y leyendas, orientales y occidentales-, se fia del zorro,-siempre el listo. Aunque en la realidad siempre sea el lobo el que se come al zorro. Aquí está el poema:

El eco de los pozos
Juan Carlos Díaz

A todos los que están en un pozo,
profundo, oscuro,
donde habitan las feas
desviaciones, inmundicias humanas,
en aguas defecales,
cenagosas. Horribles nidos de seres
deformes, ansiosos
de instinto humano. Nidos de irracionalidad
lunáticas y atroces
frecuencias,
nidos de monstruos
sin vida, sin latidos
sin descendencia.
A todos, digo, los que están en el pozo
profundo, en la oscuridad,
a todos los envío el recuerdo
de momentos soleados en la superficie,
de brisas suaves,
de cantos festivos,
de la expasión de las semillas,
del brotar de las ramas,
del balanceo
de hombres y mujeres caminando del brazo,
de amores perdidos y amores por ganar,
de niños que se esconden bajo una escalera,
de niños que giran su mirada al cruzarse.
De amigos perdidos y amigos por ganar.

Los pozos tienen paredes,
y aunque húmedas,
siempre queda un asidero para trepar.

Y no hay trepar que no produzca
algún dolor de brazos.

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