jueves, 23 de octubre de 2008

CON CARMEN QUIRÓS, ESCRITORA, HABLAMOS DE POESÍA, HABLA NATALIA PEREZ DE HERRASTI, AMIGA SUYA.

Buenas tardes, Natalia: Me preguntas en tu correo qué nivel de importancia le doy a la inspiración en la creación literaria, en particular en la poesía. Desde mi punto de vista, la inspiración es el elemento clave en toda creación literaria. Es la génesis de cualquier obra, sea cual sea el género al que te dediques. No basta por sí misma: por buena que sea la idea de partida, necesita unas cualidades en el escritor para que el desarrollo extraiga de ella todo lo que puede dar de sí. Por ejemplo: todo escritor necesita tener un sentido del ritmo, del «tempo» para que la narración lleve en andas al lector y quienes se dedican al difícilísimo campo de la poesía, aún necesitan más esas cualidades. Es frecuente leer poemas de autores consagrados en los que falla el ritmo, falla el «tempo» y el poema cruje, falla en esa «música» intrínseca que debe tener una poesía para que resulte acabada, desde mi punto de vista. Ahora voy a decir una herejía que espero que me disculpes. No estoy de acuerdo en que un escritor tenga que leer mucho. Matizo: La herramienta esencial de un escritor son las palabras y la única forma de adquirir un vocabulario extenso es a través de la lectura. Esto no admite discusión. No voy a entrar en la cuestión de que el ser humano adquiere el noventa por ciento de su vocabulario antes de los veinte años, sobran los estudios al respecto y son de sobra conocidos. De todos modos, ese axioma que todos los autores repiten como un dogma, es falso cuando lo reducen a leer obras del género que practicas. Lo más importante, desde mi punto de vista, es dominar la técnica del género que vas a desarrollar. Eso se logra estudiando: aprendiendo ortografía, gramática, sintaxis... Si vas a dedicarte a la poesía, hay que empezar por dominar las construcciones tradicionales, saber escribir un cuarteto, una redondilla, un romance o un soneto. Estas prácticas son indispensables (siguen siendo opiniones personalísimas) para adquirir un sentido del ritmo que creo indispensable cuando se va a la versificación libre. La lectura de poemas de otros autores, cuando ya tienes los conocimientos necesarios para apreciar la técnica que han utilizado para construir sus poemas, son necesarias como fuente de enriquecimiento de los conocimientos; pero no creo que haya que leer poesía a destajo para escribir. Incluso puede ser contraproducente. Explico: El exceso de lectura de poemas ajenos puede poner en peligro tu originalidad. Cuando escribes, vienen a tu cabeza imágenes archivadas de metáforas o giros usados por otros y los reproduces de forma inconsciente, con lo que tu obra corre peligro de ser un refrito de cosas dichas por otros. Esto en el mejor de los casos: Conozco algunos escritores que leen con voracidad obras del género que practican y llenan cuadernos y cuadernos de ideas ajenas para usarlas en su obra. Si sumamos a esta práctica la ausencia de inspiración, sustituida por pura técnica, que les ayuda a construir historias sobre la base de variaciones sobre temas tratados por otros, tenemos como resultado obras muy pobres, con independencia de que sean «best seller» que les den mucho dinero. Creo que las lecturas más fructíferas para todo escritor son aquellas que le enriquecen culturalmente: ensayos sobre diversas materias que van a abrir su mente a parajes nuevos con el conocimiento que le proporcionan, filosofía, artículos científicos... Creo que no hay nada tan poético como el parto estelar que se está produciendo en Orión. Pienso que las imágenes que puede proporcionarle a un poeta ese fenómeno dan para varios poemarios (que no tienen por qué tratar, precisamente de las estrellas que nacen en la nebulosa de Orión, por supuesto). En fin, espero el chorreo que me vas a proporcionar, con la armadura puesta. ;) Un abrazo. Carmen

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