viernes, 25 de julio de 2008

poesía e interpretación un curso para cambiar el curso de una vida

Como dijo nuestro director la misión del hombre y su destino en este mundo es aprender. Yo aprendí mucho al lado de Veronica, Laura y Andrés, sobre lo que sé y lo que no sé y sobre muchas cosas más. Laura nos enseño su belleza exterior e interior y su sensibilidad. Dejó solo entrevista, casi latente su fuerza interior, que algun día llegará a canalizar y controlar para no convertirse en la jaula de un tigre como me han dicho que soy yo. También debe creerse que lo hace de verdad muy bien, igual que Andrés o mejor. De Verónica que voy a decir sino que ha sido como mi musa y nos ha puesto todos los días en un brete por salir la primera y hacerlo como los angeles o mejor. Nunca olvidaré ese poema de Buckowsky que representamos juntos y tampoco el de Juan Ramón Jimenez. Seguro que se camelará al final a ese jefe que tiene y que es tan buena persona. Espero que algún día se pueda dedicar a lo que más le gusta y mejor hace y no solo a lo que quieren o gustan otros. Pero eso ya son cotilleos y esta no es una página rosa, sino amarilla ocre por si no se han dado cuenta. En fin, que el que no se haya apuntado a este curso el se lo ha perdido. Y también el jamoncito y la cerveza de después. Espero ver a Laura en poesía el año que viene, si no, le perseguimos, como decía J.L. Coll. A Andrés no tengo que animarle pues ya está en el curso de novela haciendo de llanero solitario o de solo ante el peligro. No sé si nos volveremos a ver este año y recordar que el seis de septiembre hay recital y tal y tal.

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