sábado, 28 de febrero de 2009

UN ALMA BELLA, SINCERA Y SENCILLA

Esa es el alma de Sacha Martinez, el primer gran cuentista que ha llevado a cabo una lectura de sus relatos en arteduna. Este relato es una muestra de esa alma que le rezuma por los poros de la piel.

¿Dónde estás Totó? por Sacha Martínez

Antes de que naciera S. mi único compañero había sido un elfantito de peluche llamado Totó. No recuerdo claramente su color ni su tacto, sólo su trompa erguida y dura. No podía dormir si no lo tenía cerca, agarrado. Tampoco iba a ninguna parte sin llevarlo conmigo. En aquel tiempo yo aún era un ser humano libre, no había comenzado mi condena escolar. Esto ocurrió, si no me equivoco, poco antes de empezar el colegio.

Un día mi madre nos llevó a los dos en el coche, no sé dónde. En algún momento S. me pidió permiso para coger a Totó; accedí, no sin protestar un rato. En el trayecto de vuelta a casa me di cuenta de que lo había perdido, odié a S. intensamente, me sentí desamparado. Lloré con fuerza, lo busqué por todo el coche y por toda la calle hasta entrar en casa.

S. y yo nos quedamos en mi habitación. Hice todo lo posible para que se sintiera incómoda, pretendía demostrarle mi inmenso dolor. Por la noche vino Mamá V. y se la llevó. Al despedirse me contempló largamente y vi en sus ojos algo que no he vuelto a ver en nadie, salvo en otra ocasión (infinitamente más dolorosa que ésta), muchos años después y en esos mismos ojos: empatía.

A pesar de todo aquella noche no tardé en dormirme, pero hasta entonces me revolví sin cesar en la cama; me preguntaba dónde estaría, si lo habría recogido algún niño o algún hijo de perra. Qué clase de existencia le aguardaba a partir de ahora, sin mi protección. Y lloré sin descanso hasta que me dormí.

Por la mañana un ruido me despertó. S. había entrado en mi habitación. Se acercó a la cama y me tendió un pequeño peluche, un conejo amarillo. " Se llama Totó ", dijo.

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