martes, 3 de marzo de 2009

CADA DIA UN MUNDO DIFERENTE

QUe cada día nos aliente con un papel en blanco y que nunca nos abandonen las ganas de escribir, de soñar, de sentir, que cada día cerremos el camino a las espinas, que es como interpreto yo el final de este poema de Marta.


Ella

Ella, la que nunca se va
La que teje sin hilos las rosas del silencio
La que añora, la que asiente
La que nunca esculpe sus lágrimas de barro.

Ella, la que abarca los astros desde sus ojos,
sin alargar los dedos.

que amansa, que cierra
que galopa sobre el rostro encendido
cuando ya no quedan luces
e inclina los brazos hasta el pozo para regresar
con manos blandas de agua y escarcha.

Traedme su voz dulce, sus lágrimas.
Pienso en ti
Cuando ya no quedan lugares que recorrer sin esfuerzo
En tus marcas, que escondiste al mundo
En tus dudas, en tu sueño frágil.

Es tan efímero el aire hoy, como siempre
Y tan cerca, nuestras gargantas
Gritan, para alcanzar el lado opuesto de las sombras.

Tus marcas, tus dudas, están a salvo conmigo
En este mundo que hoy, cierro a las espinas

Y que ella, sea la ella que sea, la alegria, la voluntad, la intuición, la paciencia o la mujer o persona de nuestros sueños, nos encamine y ayude a encontrar la senda.

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